EN AGRADECIMIENTO A TODO EL APOYO RECIBIDO: !NO MÁS JUICIOS POLÍTICOS!
Quiero agradeceros a todos y a todas vuestras muestras de apoyo y de cariño. Tras la comunicación de que sería sometida a un juicio injusto, habéis sido muchas las personas particulares, organizaciones sociales, políticas y sindicales tanto del panorama provincial, estatal, como internacional, las que me habéis hecho llegar vuestro apoyo.
Habéis conseguido que nunca me sintiese sola, desde el primer momento tanto mis compañeros del STE-CLM (Intersindical) como los de la Confederación Intersindical, así como las Marchas de la Dignidad han visto este ataque como un ataque a todos los que luchamos por una sociedad más justa, haciendo nuestro el lema: “Si nos tocan a una, nos tocan a todos”.
Este juicio injusto, arbitrario e inmoral muestra, una vez más, que los poderes públicos atacan a las personas y organizaciones que consideramos que la justicia no solo es un ideal, sino una práctica cotidiana en nuestra vida. Esta denuncia y la forma en que se ha realizado no es fruto de la casualidad ni de un malentendido, sino que obedece a una voluntad decidida y clara de los poderes vigentes de amedrantar a la población y descabezar el tejido asociativo que se va fraguando poco a poco para resistir la tremenda agresión neoliberal que está triturando nuestros derechos sociales, los derechos humanos y que nos encamina a unas condiciones de vida y de trabajo cercanas a la esclavitud. Mientras, los millonarios crecen y las ganancias de las grandes corporaciones industriales y financieras se multiplican hasta niveles inimaginables.
Sea cual sea la sentencia, ya hemos dado un gran paso: organizarnos para frenar los ataques que estamos sufriendo. Sabemos que la única manera de hacer frente a un sistema opresor es la organización, la unión del pueblo para que nuestra voz sea escuchada, para que seamos nosotros los que decidamos qué tipo de sociedad queremos construir, para que dejemos de poner en el centro de la vida política a la economía y comencemos a poner a las personas.
Son muchas las personas represariadas a las que les tenemos que ofrecer nuestro apoyo y cada vez serán más, porque los opresores comienzan a tener miedo de que el pueblo hable y actúe.
El sindicalismo burocrático, de gestión tiene que ser olvidado, porque no hay acción sindical sin que lleve aparejada una trasformación socio-política. Ante el brutal ataque neoliberal, organicémonos.
“LA VOZ DEL PUEBLO NO ES ILEGAL”