RESOLUCIÓN DEL PLENO DE LA CONFEDERACIÓN INTERSINDICAL
SOBRE EL MARCO POLÍTICO ACTUAL
Estamos asistiendo a un proceso desregulador que tiene como objetivo aumentar la tasa de beneficio del gran capital, redistribuir la pobreza disminuyendo el nivel de vida de las clases trabajadoras de Europa y EEUU, acabar con cualquier vestigio de derechos sociales que pudiera ser referencia para los países emergentes y, en definitiva, limitar al máximo los derechos democráticos que pudieran entorpecer la obtención de beneficios.
La pobreza forma ya parte de la vida cotidiana de amplios sectores de la población occidental, el empobrecimiento ha aumentado tanto en extensión como en intensidad. El expolio cometido sobre Grecia ha sido y es una prueba de fuerza que marca el camino a recorrer en otros países; en el Estado Español lo estamos viviendo en su más cruda realidad. Las perspectivas de futuro no parecen esperanzadoras, un acuerdo de pensiones que condena a millones de personas jubiladas a una pensión tardía y mísera, otro reciente acuerdo que fuerza a los trabajadores y a las trabajadoras a convertirse en meros espectadores en la negociación colectiva que deviene en imposición patronal, una nueva reforma laboral que amenaza con la precarización indefinida, los recortes salariales de cientos de miles de personas en el sector público, la expulsión de miles de empleadas y empleados públicos de su empleo aumentando el paro hasta cifras inasumibles…
Precisamente, los Servicios Públicos se reducen a la mínima expresión: la sanidad pública se raquitiza cada día más, la enseñanza pública regresa al pasado con reducciones de plantillas y servicios. La privatización y la externalización se ciernen ahora sobre los servicios públicos como antes lo hicieron sobre las empresas públicas. El Estado se descapitaliza y el capital financiero aumenta su volumen de negocio y beneficio. El desmantelamiento de la precaria red de asistencia social con la que contábamos está provocando que los cuidados a personas dependientes vuelvan al ámbito familiar, y la consecuencia es una mayor precarización especialmente de mujeres que se ven obligadas a dedicar más horas a cuidar familiares.
Las expectativas de modificar esta realidad parecen difíciles. El nuevo gobierno está dispuesto a aplicar con entusiasmos las políticas marcadas desde la UE, el BCE y el FMI: políticas que han llevado a la ruina ya a millones de ciudadanos y ciudadanas de toda Europa. La política de reducción drástica del déficit no puede hacer otra cosa que profundizar en el empobrecimiento, conduciendo a más exclusión social y más precarización del trabajo y la vida. La conclusión sólo puede ser el desplome del ya débil “Estado del Bienestar”. Todo ello concluye en una pérdida de calidad democrática. El dominio de los medios de comunicación que transmiten un mensaje único y constante hasta convertir en asumible aquello que siempre consideramos inaceptable. El monopolio de la información ejercido por los principales periódicos y medios a
udiovisuales obstaculizan un movimiento de opinión alternativo con acceso a las principales tribunas.
Ante esta situación la responsabilidad de las organizaciones sociales y especialmente de las sindicales consiste en organizar la resistencia, defender con dignidad las conquistas del Movimiento Obrero y crear las condiciones para la recuperación de los derechos laborales y democráticos perdidos. Frente a una agresión que tiene su origen en el capitalismo global y en las políticas de la Unión Europea, pero también en las políticas estatales y nacionales, hemos de organizar una estrategia que nazca desde cada territorio y desde cada sector pero que tenga la perspectiva de un cambio global de políticas económicas. Esta resistencia será larga y difícil, sólo podremos conseguir nuestros objetivos con la firme voluntad de aunar amplios sectores sociales damnificados. Sólo a través de movimientos aglutinadores será posible avanzar en nuestro camino.
Por ello desde la CONFEDERACIÓN INTERSINDICAL debemos hacer y haremos, desde cada uno de los ámbitos en los que tenemos presencia, todos los esfuerzos necesarios para unir movimientos, para defender las condiciones laborales y los derechos de las trabajadoras y de los trabajadores. Pondremos los medios para propiciar un movimiento asambleario con capacidad decisoria, tanto para definir estrategias de lucha como negociadoras. Más que nunca los sindicatos que forman parte de la CONFEDERACIÓN INTERSINDICAL deben ofrecerse como herramienta en torno a la cual las trabajadoras y trabajadores se organicen. En definitiva, contribuiremos a propiciar un amplio movimiento sociopolítico en el que puedan converger organizaciones con las que compartamos objetivos.
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