El pasado 6 de octubre el gobierno regional, la patronal CECAM y los sindicatos CCOO y UGT, firmaron una declaración institucional de intenciones por un Acuerdo Marco para la recuperación de Castilla-La Mancha.
Según dicho texto, el supuesto Acuerdo Marco se materializará en torno a tres grandes bloques: Recuperación económica, Recuperación social, y Reforma Institucional y potenciación del diálogo social.
Esta firma se ha plasmado en una foto que mucho nos recuerda a otra imagen de tiempos aún recientes con el gobierno del PP, lo que tristemente viene a ratificar que poco ha cambiado con el nuevo gobierno.
Tras 100 días en el gobierno, el partido socialista no ha materializado ninguna de sus promesas. Es más, estos meses se han caracterizado por una nefasta gestión por su parte. Sin embargo, García-Page se ha apresurado a buscar una imagen que siga sosteniendo que son el gobierno del cambio. El texto que ha firmado dice que es una declaración de intenciones, pero ahí se queda, no hay nada más. Otra vez escuchamos promesas, pero la realidad es que no se está tomando ninguna medida para la recuperación, no hay hechos que concreten tan buenas intenciones. Para STE la firma de esta declaración institucional no es más que una cortina de humo con fines electoralistas, cantos de sirena que pretenden convencer a la opinión pública de que se están tomando medidas de cambio, cuando esto no es así.
Sobre el texto, nos llama poderosamente la atención el punto cuarto:
“Las medidas a desarrollar en el ámbito de la Recuperación Social de Castilla-La Mancha se articularán en torno a los siguientes ejes de actuación:
Eje 1. Sistema Sanitario
Eje 2. Sistema Educativo
Eje 3. Sistema de Servicios SocialesAdicionalmente el Gobierno de Castilla-La Mancha va a impulsar un proceso de recuperación de derechos sociales y de mejora de las condiciones laborales de los empleados públicos, para lo cual dará participación a los firmantes del acuerdo que así lo deseen.”
Esta parte del texto nos parece sumamente grave, ya que está saltándose la Ley de Libertad Sindical, pretendiendo negociar medidas de mejora de las condiciones laborales de los empleados públicos con representantes de la patronal, lo cual dice muy poco a favor de los sindicatos que se han prestado a ello.
Señor García-Page, las condiciones laborales se negocian con los representantes de los trabajadores, no con la patronal. No se limita a negociar con los firmantes de un supuesto acuerdo, sino con las organizaciones sindicales con representatividad, que han sido elegidas democráticamente por los trabajadores en las elecciones sindicales. Ya existe el marco para negociar, no se puede crear un marco alternativo porque no se ajustaría a la legalidad.
¿Qué se pretende con que los representantes de la patronal participen en la en la recuperación de los derechos sociales y en la mejora de las condiciones laborales de los empleados públicos? Cuanto menos es preocupante. La firma de este “documento” entre el Gobierno y algunos agentes sociales pretende dejar fuera al resto de organizaciones que puedan llegar a ser críticas o no firmen el supuesto Acuerdo. Mucho nos tememos que esta declaración de intenciones institucional solo se haya producido para acallar toda protesta, y que todo sea una mera pose de cara a las próximas elecciones generales.
En STE-CLM Intersindical abogamos por el diálogo, pero no por un diálogo a cualquier precio, y desde luego no consentiremos que se usurpen funciones que corresponden a la mesa general de la función pública, y a la mesa sectorial de Educación.
El comienzo no ha sido acertado, la imagen es la misma que la que se utilizó para plasmar el acuerdo entre gobierno y algunas organizaciones sindicales (CCOO, UGT, CSIF y ANPE) que ha supuesto la pérdida de derechos al colectivo interino al eliminar de plumazo la poca estabilidad que tenían, cuando el gobierno intentó apartar a STE de las negociaciones por negarse a la firma de dicho Acuerdo.
Una imagen vale más que mil palabras: imágenes muy similares que buscan transmitir paz social, acuerdo, mejoras; que plasman la complicidad de ciertos agentes sociales, las prisas en firmar un cheque en blanco para un gobierno, que buscan acallar toda crítica y apartar a los discrepantes.