Desde STE-CLM queremos mostrar todo nuestro apoyo a la compañera Raquel Iniesta, una nueva represaliada injustamente sancionada por convocar una concentración por el cierre de los CIEs (Centros de internamiento para extranjeros) en Cuenca. Una vez más tratan de silenciar a las personas y organizaciones que pretendemos luchar contra una sociedad injusta.
El pasado 27 de julio la activista recibió una notificación de sanción, acompañada de la carta de pago de 3.000€ de multa por parte del Ayuntamiento de Cuenca. En la denuncia formulada por un Agente de la Policía Local se le acusa de “modificar el contenido de las señales o colocar sobre ellas o en sus inmediaciones placas, carteles, marcas u otros objetos” el 15 de junio a las 08:45h en la Plaza de la Constitución de Cuenca.
El hecho es que la concentración no tuvo lugar donde se apunta sino a las 20.30h y en la Plaza de la Hispanidad. Además, en esta vía no existe ninguna señal ni placa para poder ser modificada. Por otro lado, a ninguna de las personas asistentes se le solicitó identificación personal por parte de la autoridad local que supuestamente tuvo noticia de los hechos. ¿Por qué la policía local siendo testigo del supuesto delito no actúa en el acto, y deja que se cometa hechos delictivos en su presencia?
Los poderes públicos atacan a las personas y organizaciones que consideran que la justicia no solo es un ideal, sino una práctica cotidiana en nuestra vida. Esta denuncia y la forma en que se ha realizado no es fruto de la casualidad ni de un malentendido, sino que obedece a una voluntad decidida y clara de los poderes vigentes de amedrentar a la población y descabezar el tejido asociativo que se va fraguando poco a poco para resistir la tremenda agresión neoliberal que está triturando nuestros derechos sociales, los derechos humanos y que nos encamina a unas condiciones de vida y de trabajo cercanas a la esclavitud. Mientras, los millonarios crecen y las ganancias de las grandes corporaciones industriales y financieras se multiplican hasta niveles inimaginables.
En los últimos meses hemos asistido a la aprobación de leyes cuyo único objetivo es reprimir las voces críticas con sanciones económicas mientras atentan contra nuestros derechos y libertades. Ante esto no han tenido en cuenta nuestra solidaridad y capacidad de organización con los compañeros y compañeras, ningún sancionado se va a sentir solo cuando la causa de su reivindicación es la conquista de un mundo más justo.
Son muchas las personas represaliadas a las que les tenemos que ofrecer nuestro apoyo y cada vez serán más, porque los opresores comienzan a tener miedo de que el pueblo hable y actúe.
Por eso gritamos cada vez mas alto: “LA VOZ DEL PUEBLO NO ES ILEGAL”
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