Una vez más tenemos que asistir a los insultos del señor Marín que vierte a la opinión pública, calumnias contra el profesorado y sobre su trabajo docente. El ahora secretario de Educación, Formación Profesional y Universidades, Marcial Marín Hellín, quiere implantar en el sistema educativo los métodos de la empresa privada, tanto entre el profesorado como en los propios centros educativos, es decir, pago por incentivos y competencia de mercado para captar alumnos. Se hace patente la formación que tiene, la de empresario no la de maestro.
Sus ideas las conocemos muy bien en nuestra región, ya que hemos sufrido los cuatro años de su brutal gobierno y de sus políticas educativas que llevaron a los años más nefastos de la educación pública en CLM.
Incide, en sus declaraciones, en la necesidad de un nuevo sistema más exigente de acceso a la función pública. De esto deducimos que jamás se ha presentado a una oposición para los cuerpos docentes, porque de haberlo hecho no hablaría de ese modo. Acceder a un puesto docente no es mera cuestión de azar, sino que supone años de estudio y formación, que no siempre conllevan el que uno pueda ejercer la profesión para la que se prepara. La inversión que se realiza supone un gran coste económico, vital y familiar. Muchas son las horas de estudio, de compra de materiales, de retiro para preparase un gran temario o de aislamiento de la familia para conseguir un puesto de trabajo, o para mejorar las condiciones laborales, o últimamente, simplemente para no perder el empleo.
Sí señor Marín, los profesores y profesoras hacemos estos sacrificios por vocación, porque consideramos que la escuela pública es la que garantiza la igualdad de oportunidades de todos y de todas, porque creemos en una sociedad más justa e igualitaria.
Nos indigna que una persona (que despidió a más de 5000 docentes interinos, que castigó a sus empleados públicos por ponerse enfermos y enfermas, que cerró 70 escuelas rurales, que intentó crear un sistema educativo solo para las élites excluyendo de él a los más desfavorecidos socio-económicamente), tenga la desfachatez de exigir que se endurezca el sistema de acceso que desconoce por completo en qué consiste, tan solo porque el sistema educativo no encaja en su cánones de empresa privada.
Pero su ignorancia no solo arremete contra el profesorado, sino que también lo hace contra los principios de la educación, dado que pretende adaptar el Bachillerato y la Formación Profesional a los currículums del mercado laboral, por tanto, lo que se propone es adaptar las materias a este mercado una vez que decidan en qué sectores quieren profundizar. ¿Dónde quedan los fundamentos de la educación que no son otros que la la formación integral como personas y por ende la necesidad de formar a personas críticas y libres?
Desde STE-CLM exigimos a nuestros representantes políticos que no hablen de una realidad que desconocen, y si de verdad quieren hacer una apuesta verdadera por la educación lo primero que han de hacer es escuchar a la comunidad educativa, en lugar de encorsetar a la educación en un sistema mercantilista, elitista y excluyente para la gran mayoría de la sociedad.