Desde 1999 la Organización Internacional del Trabajo está impulsando el objetivo de lograr un trabajo decente para poder combatir el empobrecimiento de los trabajadores y lograr caminar hacia una sociedad más justa. En estos años transcurridos, millones de personas han emprendido acciones en defensa de los derechos sindicales y el trabajo decente.

Los desequilibrios del mercado laboral, como los elevados índices de trabajo informal en los países en desarrollo y el desempleo de larga duración en las economías avanzadas, seguirán siendo un problema grave en los próximos años. En casi todas partes resulta difícil para jóvenes y mujeres conseguir un trabajo que se adecúe a sus aptitudes y aspiraciones.

En España a los 6 millones de parados, se une otra situación que crece: la de aquellos trabajadores y trabajadoras que, teniendo empleo, viven bajo el umbral de la pobreza debido a la bajada de los salarios y al recorte de los derechos laborales y sociales. El 12 % de la población ocupada vive en hogares por debajo del umbral de pobreza; trabajadores y trabajadoras autónomos, a tiempo parcial o con contratación temporal superan esa tasa.
La crisis económica ha supuesto una crisis en el empleo y dos son sus dimensiones: los empleos disponibles y la calidad de los trabajos. Antes de que estallara la crisis las relaciones laborales ya estaban sometidas a fuertes tensiones, pero la crisis ha acelerado la presión sobre los salarios y las condiciones de trabajo, aumentando así las desigualdades.
Los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza estamos asistiendo a una degradación de nuestras condiciones laborales con los recortes en educación que están aplicando tanto el gobierno central como el regional. Han sido despedidos más de 5000 compañeros interinos, han crecido los contratos a tiempo parcial, somos castigados económicamente cuando caemos enfermos, los gobernantes menosprecian nuestra labor y se nos injuria en los medios de comunicación.
A todo esto hay que unirles que cada vez son más las imposiciones que recibimos de la Administración quedando mermada la participación democrática en nuestros centros de trabajo. Se llega a extremos en los cuales la libertada de expresión se ve anulada por las sanciones que recibimos cuando defendemos nuestro derechos.
STE-CLM (Intersindical) va a seguir persistiendo en la defensa de los derechos ya conseguidos recuperando los que hemos perdido en los últimos años y luchando por derechos laborales y sociales que nos quedan por conseguir.

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