EL NUEVO DECRETO DE BECAS, UN DECRETO ANTISOCIAL Y CLASISTA.
STE-CLM (INTERSINDICAL) rechaza el nuevo Real Decreto de becas por considerar que estas medidas, que endurecen los requisitos de notas y renta mínima, atentan y destruyen el pilar fundamental del sistema educativo: la equidad. Estas son medidas antisociales y clasistas que promueven una elitización en la educación.
Se endurecen los requisitos académicos para poder obtener beca. Para entrar en la Universidad un 6,5 de nota mínima; un 5,5 para quedar exento del pago de tasas universitarias. Para mantener la ayuda también se han modificado los requisitos, generando titulaciones universitarias de primera y de segunda. Así tenemos que para enseñanzas técnicas se rebajan los requisitos del porcentaje de aprobados del 80% actual al 65%; en cambio para Ciencias de la Salud se mantiene en un 80% y para titulaciones de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades se incrementa al 90% de créditos aprobados.
¿Cómo afecta a la renta mínima? Los estudiantes con rentas más bajas recibirán como máximo, una cantidad fija de 1500 euros, más la matrícula, más una cantidad variable entre 60 y 3000 euros (que dependerá del rendimiento académico, renta familiar y número de becarios). Con estas medidas nos encontramos que una familia con 2 miembros que cobrará 8000 euros al año (menos de 700 euros al mes) el universitario entra a formar parte del umbral 2 y no recibirá 1500 euros de beca general.
A esto hay que añadir que en nuestra región se han tomado medidas que dificultan el acceso a estudios superiores a los estudiantes con menos recursos económicos como son: la pérdida de la gratuidad del transporte escolar, la subida desmesurada de las tasas universitarias, y la privatización de las residencias universitarias. Todo esto va a provocar la expulsión de estos estudios superiores de los hijos e hijas de muchas familias de trabajadoras y trabajadores.
El ministerio del señor Wert está quitándole la oportunidad de formarse a los jóvenes con pocos recursos económicos, estos jóvenes serán mano de obra poco cualificada, y por lo tanto barata para su sistema productivo tratando a las personas como meras mercancías al servicio del sistema económico imperante.