Desde el STE- CLM consideramos que las propuestas de boicot e insumisión que están surgiendo respecto a la realización de los “deberes”pueden dificultar la relación entre el profesorado, el alumnado y las familias, por lo que es una situación en absoluto deseable.

Creemos conveniente que en estas cuestiones donde se ve implicada toda la comunidad educativa, se tiene que iniciar un debate de los sectores implicados. Para ello, en primer lugar, se tiene que valorar la raíz de este tema y muchas circunstancias que son consustanciales a este debate, como los constantes cambios legislativos, los inabarcables currículos, la sobrecarga laboral y burocrática que sufre el profesorado, la falta de medios, de apoyos en el aula, las elevadas ratios o los incesantes recortes presupuestarios y de plantilla, que no son otros que los viejos problemas del sistema educativo, ahora agravados por los recortes y un profesorado muchas veces al límite, que hace todo lo posible y más, para cubrir los despropósitos que los gobernantes van dejando en educación.

El STE-CLM puede entender que tampoco es de recibo que recaiga en las familias la tarea principal de refuerzo educativo, en los casos de desajustes del aprendizaje y de las necesidades de diversa índole del alumnado, ya que esta es la función de los centros educativos. Pero hay que señalar a los responsables de esta situación: por un lado, la LOMCE que ha eliminado todos los programas de refuerzo sin introducir en el sistema educativo mecanismos para la compensación de las desigualdades sociales, creando situaciones de abandono y de indefensión al alumnado más desfavorecido económica y socialmente; y por otro, los brutales recortes en educación que venimos sufriendo en los últimos años.

El sistema deja de ser igualitario cuando el futuro de los estudiantes depende cada vez más de las familias, de su tiempo, su formación o sus recursos. Desde edades cada vez más tempranas ya se van marcando diferencias entre el alumnado, en función de si sus familias pueden o no ayudarlos con deberes y estudios, si tienen preparación (hecho agravado por el bilingüismo) o si pueden pagar academias o clases particulares.

La idea de fondo que subyace en esta cuestión es: las extenuantes jornadas laborales (habitualmente mal retribuidas) que tienen que soportar el conjunto de los trabajadores y trabajadoras en el estado español, y que sí afectan de manera determinante a la adecuada conciliación de la vida familiar y laboral en el seno de las familias.

Entendemos que este tipo de actuaciones, en las que no ha mediado el diálogo entre las partes, nada beneficia a la convivencia escolar, por ello, lo que procede es la apertura de un debate amplio y sereno al respecto, en el seno de la Comunidad Educativa. No hay que olvidar que esto ya se ha realizado, desde hace años, en muchos centros de la red pública educativa, alcanzándose un amplio grado de acuerdo en torno a la cuestión de los “deberes”, a través de soluciones de consenso, respetuosas con la labor del profesorado, pedagógicamente válidas y facilitadoras de la conciliación familiar.

En esa línea, STE-CLM llama al profesorado a no entrar en polémicas estériles derivadas de esta u otras campañas. Por el contrario, lo que procede es facilitar el debate saludable y abierto en el seno de cada Comunidad Educativa, desde el respeto a la labor del profesorado y desde una perspectiva de participación democrática de todos los sectores implicados en la tarea educativa.

Nos gustaría terminar con las palabras de un padre, que resumen muy bien la situación e invitan a una posición de ayuda y entendimiento mutua, y no de confrontación:

El profesorado, y las familias están agotados física y mentalmente, estresados y desmotivados. Los sucesivos recortes pasan factura, y las tuercas se han ido apretando sobre ellos. Si no se nota más la falta de recursos es gracias al sobre-esfuerzo del profesorado. Entiendo su hartazgo, porque muchas familias nos sentimos igual; agotadas, estresadas, y a menudo desmotivadas. Y como los profesores, tenemos la sensación de que las tuercas se aprietan también en nuestros hogares, que nos toca cubrir cada vez más agujeros, que tenemos que corregir desde casa las carencias que otros han provocado en el sistema educativo.”

(Isaac Rosa)

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