El pasado sábado 8 de septiembre, el BOE publicaba el Real Decreto 1157/2018, de 7 de septiembre, por el que se concede la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a las personalidades que se citan Ver Real Decreto
Entre los citados figura don Marcial Marín Hellín, personalidad de infausto recuerdo para el colectivo docente por su labor como Consejero de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y como Secretario de Estado de Educación. Según el citado Real Decreto se concede dicho galardón “En atención a los méritos y circunstancias que concurren” y “a propuesta del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (D. Josep Borrell Fontelles) previa deliberación del Consejo de Ministros” lo que provoca cuando menos estupor, indignación y muchos interrogantes como primera reacción, entre los que sobresale la pregunta: ¿qué méritos habrán concurrido en la personalidad del Sr. Marín para que un gobierno socialista realice esta concesión?
El artículo 1 del Reglamento de la Orden del Mérito Civil (Real Decreto 2396/1998) nos da la respuesta:
“La Orden del Mérito Civil tiene por objeto premiar los méritos de carácter civil, adquiridos por el personal dependiente de alguna de las Administraciones públicas incluidas en el ámbito de la Ley 30/1992, o por personas ajenas a la Administración, que presten o hayan prestado servicios relevantes al Estado, con trabajos extraordinarios, provechosas iniciativas, o con constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes.”
Es curioso que a juicio de este incipiente gobierno progresista y de izquierdas, el Sr. Marín haya acumulado los méritos suficientes como para ser condecorado, mientras tanto, sigue sin encontrar la forma de retirar otras medallas. Este hecho podría parecer extraño para los ciudadanos que no residan en Castilla-La Mancha, sin embargo, aquí ya estamos tristemente acostumbrados a esta doblez. Si lo analizamos en profundidad, no nos debería parecer tan raro, al fin y al cabo van a los mismos colegios, las mismas universidades, y además, obtienen las mismas titulaciones y másteres con el mismo esfuerzo.
La lista de “servicios relevantes para el Estado” del Sr. Marín es numerosa. Entre ellos podríamos citar el cierre de alrededor de 70 colegios de pueblos, la implantación de un desastroso plan de plurilingüismo para el que no había medios ni formación, el denodado apoyo a la iniciativa privada en detrimento de la Enseñanza Pública, el aumento del horario lectivo del profesorado, la subida de ratios máximas con la consiguiente masificación de las aulas, la retirada de los apoyos en Educación Infantil, la supresión de rutas y comedores escolares y un largo etcétera que todos conocemos, pero eso sí, siempre inspirado por las recetas de la Troika y el neoliberalismo imperante. Todos estos trabajos extraordinarios, fruto de provechosas iniciativas, actuando siempre con constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes de recortar y sirviendo a su señor con esmero y dedicación, son sin duda “méritos” que el Gobierno ahora valora para otorgar esta distinción.
No podemos olvidar, por supuesto, la que ha sido la mayor “hazaña” del Sr. Marín. La supresión de 5312 plazas docentes en Castilla-La Mancha durante la infame legislatura que gobernó el PP. Parece claro, que si se hubiera prolongado el mandato de la Sra. Cospedal, el Sr. Marín hubiese continuado con sus “gestas”, poniendo en serio peligro el sistema educativo público de nuestra región.
Ante tamaña desfachatez, STE-CLM no puede más que exigir la inmediata retirada de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil concedida a don Marcial Marín Hellín. Entre tanto Sr. Marín, disfrute con su concesión, goce de sus privilegios, exhíbala ante sus amistades si así lo desea… Pero sobre todo, cuídela. Cuídela mucho Sr. Marín, porque esa Gran Cruz está hecha de algo muy importante para nosotros: del sufrimiento de aquellas y aquellos 5312 y del esfuerzo, dedicación y profesionalidad del resto del profesorado.