Ocho muertos y un centenar de heridos entre maestros y civiles es el balance de las protestas que se están llevando a cabo desde la semana pasada al sur de México.
Los manifestantes están organizados en un frente de clase que agrupa tanto a trabajadores de la educación que aceptan el principio universal de lucha de clases, independientemente del color, sexo, credo religioso como a comunidades indígenas. Lo fundamental, es que están dispuestos a luchar por los intereses de la clase trabajadora, por una educación pública, gratuita e universal para todos los niños y las niñas sin tener en consideración su situación socioeconómica.
Las condiciones precarias de los maestros en Oaxaca han derivado en movimientos sociales y sindicales que han provocado numerosos conflictos en la zona en los últimos años. Al grito de “Ni con tanques ni con brancas al magisterio no se calla”, los docentes mostraron su oposición a la evaluación obligatoria del personal docente incorporada en la reforma educativa de 2013, lo que provocó el incremento de los altercados.
Los profesores han elaborado una enorme cantidad de propuestas educativas alternas que hacen hincapié en una educación humanista que sustituya los valores del mercado por la práctica de valores universales. Se trata de convertir el proceso educativo en un espacio de creatividad, exploración y participación, libre de rigideces y fincado en la curiosidad, el compromiso responsable de maestros, estudiantes y de la comunidad y en el interés y compromiso solidario de los niños y jóvenes por lo que ocurre a su alrededor. Plantean la importancia que, además de la formación en conocimientos, se debe apuntar a convertir a los estudiantes en verdaderos ciudadanos –conscientes y preocupados por “el interés general de la sociedad”- y rechazan la concepción de que la educación es un ejercicio de subordinación donde el estudiante es sólo un agente pasivo que recibe información y que luego debe dar cuenta de ella en un examen estandarizado.
La propuesta que más enfrenta al Gobierno y a los maestros es la evaluación docente.
Los maestros proponen, en contra de la reforma del Gobierno, una evaluación distinta, de abajo hacia arriba. Una evaluación horizontal realizada desde las propias escuelas y comunidades, desarrollada como un ejercicio dialógico a nivel de cada zona, región y entidad federativa. Una evaluación que, al mismo tiempo que describe los problemas, analiza los factores que los causan, los remedios que pueden darse y recoge las experiencias exitosas de maestros y escuelas para mejorar la educación.
Una propuesta de evaluación y mejoramiento de la educación como esta, que involucra directa y sistemáticamente a los actores del proceso educativo, a padres y madres de familia y comunidades, hace posible generar un dinamismo de participación y compromiso con el proyecto mucho más profundo que el que puede desatar un proceso autoritario, vertical, centrado en torno a las autoridades y con rasgos laborales persecutorios y represivos.
STE-CLM se solidariza con su lucha y su defensa de la educación y unas condiciones laborales no represivas, ya que vemos como cada vez más el sistema mercantilista nos impone unos criterios economicistas contrarios a criterios pedagógicos.