MANIFIESTO DE LA PLATAFORMA ESTATAL POR LA ESCUELA PÚBLICA
24 OCTUBRE HUELGA GENERAL EN LA EDUCACIÓN

El Gobierno central y los autonómicos, utilizando como excusa la crisis económica, siguen recortando los recursos económicos y humanos de nuestro sistema educativo, a pesar de que esta política de ajustes no está logrando los objetivos de ahorro que dice perseguir como muestran los datos de déficit y deuda pública.

Junto a los recortes, se están llevando a cabo una serie de reformas, como la LOMCE, el Real Decreto de Becas y Ayudas al Estudio, el desmesurado incremento de las matriculas universitarias que, en nuestra opinión, suponen la vuelta a un sistema basado en la selección del alumnado para que el progreso en los estudios esté condicionado, con carácter general, al nivel social y a las posibilidades económicas de sus familias, expulsando del sistema a toda aquella persona que no encaja en un perfil prefijado ideológicamente.

Además, nuestros actuales gobernantes se empeñan en ignorar la opinión de los ciudadanos y estos, a su vez, siguen mostrando un rechazo frontal a esta política de recortes y contrarreformas como demuestra los resultados de la “consulta ciudadana por la educación” que se está desarrollando en estos días. Y esto es así porque sufrimos los graves perjuicios que se están produciendo a la educación pública, que serán mucho peores a medio y largo plazo.

La Plataforma Estatal por la Escuela Pública integrada por madres y padres del alumnado, organizaciones de estudiantes, sindicatos de la enseñanza y movimientos de renovación pedagógica puso en marcha, el pasado mes de septiembre, un calendario de movilizaciones unitario para exigir al gobierno que escuche a la comunidad educativa y cese en su política de acoso y derribo a la educación. Ni los recortes, ni las reformas que se están implementando van a resolver los problemas que tenemos. Todo lo contrario, si se continua por este camino los problemas que tenemos se agravarán y, además aparecerán, están apareciendo, nuevos problemas que nos conducen a una sociedad con menos cohesión social y más desvertebrada.

Una sociedad que permita la destrucción de su potencial humano, renunciando a la mejor educación de tod@s y para tod@s, es una sociedad sin futuro. Una sociedad que haga de la educación una mercancía, que apueste por la privatización de todo lo público, por la pelea entre los ciudadanos para aplicar el “sálvese quien pueda”, es una sociedad enferma que está abocada a un suicidio social colectivo del que tardará, en el mejor de los casos, varias décadas en recuperarse. Mientras, varias generaciones de ciudadanos estarán condenadas al fracaso y a convivir sin un presente y un futuro dignos.

Es un auténtico ataque a nuestro modelo social y de progreso que una sociedad democrática no puede consentir sin renunciar a su libertad y sus derechos. No podemos resignarnos, una educación de calidad es imprescindible para mejorar la sociedad en la que vivimos y para contribuir en la conquista real y la extensión de los derechos fundamentales sobre las que se asientan todas las sociedades democráticas.

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