LA CONSEJERÍA IMPONDRÁ A LOS DIRECTORES/AS DE LOS CENTROS Y LA OPINIÓN DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA NO TENDRÁ NINGÚN PESO
La Consejería de Educación pretende dar otra vuelta de tuerca en el camino para terminar con la gestión democrática de los centros, tal y como marca la LOMCE, que impone que la Administración sea la que designe a los directores y directoras de los centros educativos, mientras que el profesorado y resto del consejo escolar pierden todo poder de decisión.
Se ha publicado el Decreto 27/2014, de 24/04/2014, que modifica el Decreto 91/2012, de 28/06/2012, por el que se regulan las características y los procesos relativos al ejercicio de la función directiva en los centros docentes públicos de CLM.
La principal modificación de dicho decreto es referente a las comisiones de selección de los directores/as. Se reducen sus participantes, que pasan de nueve a siete, y también cambia la composición de la misma, pasando la Administración a tener mayoría, suprimiendo todo el poder decisorio de la comunidad educativa.
En concreto se reduce la participación de la comunidad educativa del 67% de la comisión actual al 42%. Actualmente la comisión la componen 9 personas: 3 representantes de la Administración, 3 representantes de los miembros no docentes del consejo escolar y 3 del claustro de profesores; el nuevo decreto lo deja en 4 de la Administración (lo aumenta), 2 de profesorado (lo reduce) y 1 del consejo escolar (testimonial). Se da la circunstancia de que el miembro del consejo escolar no tiene por qué ser padre o madre, puede serlo el representante municipal, con lo cual la representación de las familias o los estudiantes podría ser nula.
Hemos asistido en poco tiempo a un deterioro democrático en la gestión de los centros. Primero se cambió la elección del director/a por la selección del director/a, y ahora, con este nuevo paso, se pasa de la selección a la designación del director/a por parte de la Administración educativa
Desde el STE-CLM abogamos por una gestión democrática y participativa de los centros, mediante procesos de elección y no de selección ni de designación; con lo que apostamos por procesos lo más abiertos posibles, y en los que el principio fundamental sea la capacidad de la comunidad educativa para poder elegir democráticamente el proyecto de dirección que consideren más adecuado.
Con este cambio, la Administración se asegura que el director/a va a ser su representante en el centro, pero deslegitima el que sea el representante del centro, de la comunidad educativa, ante la Administración. Los centros de trabajo pueden así no estar coordinados por un compañero/a que busque el interés del centro sino por una persona seleccionada que se adapte al perfil de la Administración educativa, con lo cual se acaba con la pluralidad y se somete a los trabajadores y trabajadores a los dictados de la Administración de turno.
El servilismo hacia la Administración estará a la orden del día si nos atenemos a las competencias que marca la LOMCE para los directores de los centros, convirtiendo al director/a en un gestor de los recursos tanto materiales como humanos.
