104 alumnos y alumnas, 15 docentes y un auxiliar técnico educativo del CRA Francisco Ibáñez de Guadalajara no van a poder usar las instalaciones de su centro de Iriépal y tendrán que trasladarse al CEIP Tórtola, donde impartirán sus clases. El desplazamiento de los alumnos se realizará mediante un autobús puesto por la Dirección Provincial de Educación de Guadalajara y el personal docente lo hará por sus propios medios. La razón de esta situación se debe a que estas obras son absolutamente necesarias, ya que el centro educativo ha tenido un considerable incremento de alumnado en los últimos cursos y no hay suficientes aulas para atenderlos y, aunque parte de la superficie del CRA esté ocupada desde hace años por aulas prefabricadas, siguen faltando espacios, llegando a ocasionar que en las clases de educación infantil, por ejemplo, convivan el alumnado de 3, 4 y 5 años, en lugar de haber una clase por cada nivel (y facilitar el periodo de adaptación de los alumnos de 3 años) o que en los niveles de 5º y 6º de Primaria convivan en un mismo aula con un profesor, en lugar de haber dos niveles. Por supuesto, tampoco hay espacios que puedan destinarse a biblioteca, aula de música, pabellón de deportes, sala de profesores, etc.

Recordamos que las obras fueron presupuestadas y no ejecutadas en los presupuestos de 2017; y en los de 2018 fueron sacadas a concurso por un precio de 400.000€, muy inferior no solo al establecido en la Ley de Presupuesto de la Comunidad sino también al necesario para que cualquier empresa quisiera hacerse cargo de ellas, por lo que quedó desierto. Al volver a sacar a concurso la obra, quedron de nuevo desiertas hasta que se licitaron en una tercera ocasión por un valor casi un 50% superior al del precio inicial.

Pero se trata de una obra de ampliación que necesitan de 6 meses y que muy bien podía haberse hecho, por lo menos en sus aspectos básicos, en gran parte durante los meses de verano, tal y como inicialmente estaba previsto, y lo que hubiera permitido que el CRA estuviera abierto . Sea como sea, el caso es que quienes van a sufrir las consecuencias de esta obra de ampliación van a ser los que más han luchado por ella, su Comunidad Educativa. El alumnado porque tendrá que desplazarse ahora en autobús cuando antes podía ir tranquilamente andando a su centro. Y el profesorado porque tendrá que usar sus propios medios para trasladarse a Tórtola, distante sólo a 11 kilómetros, pero que supone en ida vuelta diaria más de 400 kilómetros al mes coste que, desde aquí, exigimos a la Administración que asuma ya que, de lo contrario, STE-CLM estudiará demandarlo ante los tribunales de justicia.

También exigimos que la Comunidad Educativa de Tórtola, que se verá obligada a acoger a la de Iriépal, sea de alguna manera compensada por el esfuerzo que se ve obligada a hacer, al acoger a más de 150 alumnos y alumnas así como a 16 nuevos trabajadores.

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